Grupo Scout Flor Roja. Burlada

Antecedentes:

En los años 1968, 1969, un grupo de jóvenes de la Parroquia de San Juan Bautista de Burlada, denominado Juventud Inquieta comenzaron a trabajar por la Parroquia y por el pueblo. Eran un grupo bastante numeroso y de edades muy distintas. Las actividades que se hacían eran excursiones, coro parroquial, con el que animaban también las calles del pueblo con auroras,  Cabalgatas de Reyes, Semanas de la Juventud, y hasta montaron el primer club de jubilados de Burlada, animados por “el joven Jesús Martínez”, un señor de setenta y pico años, que vio un grupo de jóvenes activos y muchos mayores en Burlada, con necesidad de compañía y esparcimiento.

El Sr. Martínez se puso en contacto con ellos a raíz de una entrevista que les hicieron en el periódico por la preparación de la Semana de la Juventud.

Nacimiento del Grupo Scout

Ya en 1970, algunos integrantes de Juventud Inquieta, sintiendo la necesidad de hacer algo con continuidad, que ayudara a la mejor formación de los chicos y chicas y a su integración en el pueblo, fundaron el grupo Scout Flor Roja, encabezados por Nicasio Álvarez que conocía el movimiento.

El nombre de “Flor Roja” se eligió por el significado que tiene en el Libro de la Selva: “El Fuego”.  El escultismo les pareció un movimiento muy interesante para ayudar en una formación integral y que encajaba muy bien con su afición al monte y la naturaleza y con sus principios cristianos.

Fueron los primeros en Navarra en hacer grupo mixto de chicos y chicas, ya que hasta entonces funcionaban en grupos separados.

Burlada era entonces un pueblo que había crecido mucho en poco tiempo, debido a la inmigración, procedente de pueblos de Navarra y de otras regiones de España. No había actividades  para chicos y jóvenes.

Se pusieron en contacto con la Delegación Scout con Luis Cemboráin que era el Secretario. Desde allí les invitaron a participar en un campamento-escuela, “El CEP de Olza”, que se celebró en Semana Santa de 1971. Acudieron dos de ellos y recuerdan que en el CEP había gente de distintas regiones de España.

Posteriormente siguieron asistiendo a cuantas actividades les invitaban para formarse mejor, destacando los continuos fines de semana que organizaba la Rama de Lobatos, dirigida por Mª Angeles Tirapu, que junto con otras akelas les enseñaron montones de cosas. Así echaron a andar en octubre de 1971, enclavados en la Parroquia de San Juan Bautista de Burlada, apoyados y animados por el entonces Párroco D. Babil Muruzábal, que mostró un gran entusiasmo y puso los locales a su disposición. Siempre contaron con el apoyo de los sacerdotes que actuaban de consiliarios.

Hicieron un llamamiento en las escuelas y colegios del pueblo, y se vieron desbordados por la buena acogida. Siempre tenían lista de espera.

Hay que tener en cuenta que entonces no había, al menos en ese ambiente, coche familiar, ni casa en el pueblo, ni vacaciones….

Empezaron con lobatos y ranger y con el tiempo, tuvieron las cinco ramas: lobatos, pre-ranger, ranger, pioneros y rutas, con un total aproximado de 150 chavales.

Periódicamente reunían a los padres para informar de la marcha del grupo, de sus planes y actividades y de los resultados obtenidos. Les visitaban en sus casas si había algún problema y siempre tuvieron muy claro que debían contar con ellos. La respuesta fue muy buena y el apoyo de los padres muy importante. Se Organizó una Escuela de Padres con un programa de fichas que para ello tenía el Movimiento Scout, con el fin de interesar más a los padres en el Movimiento y que participaran unidos en la formación de los chavales.

Con el tiempo se formó un grupo de padres que trabajaron y colaboraron en el arreglo de casas parroquiales en pueblos, para fines de semana, montaje y recogida de campamentos, y con un gran ambiente y amistad entre ellos, que todavía se mantiene.

El dinero era un problema. Entonces no había subvenciones y la parroquia era pobre. Las cuotas que pagaban los scouts eran pequeñas. ¿qué hacían? De todo: festivales, teatro, recogidas de papel casa por casa en pisos sin ascensor… También vendían chucherías en un kiosko que montaron en el Cine Parroquial, durante las sesiones infantiles. En fin, que hacían de todo.

Datos obtenidos de relato original de:
Nicasio  Álvarez Leza
Mª Pilar Vidaurre Sánchez
Gregoria Vidaurre Sánchez
Mª Victoria Vidaurre Sánchez